¿Quién soy cuando no tengo todo aquello exterior con lo que me identifico?
¿Quién soy sin todo aquello que me da una identidad?
¿De qué esta hecha mi primera raíz?
Al estar lejos de todo aquello con lo que había formado una identidad como Male amiga, como Male hermana, Male abogada, Male psicóloga, lejos de todo aquello donde mi ego había moldeado una forma de re- conocerse a sí misma, me pregunto entonces ¿quién soy?
Realmente ¿qué habita en mi interior? ¿Cuál es la esencia que mueve mi alma y le da ese impulso a mi espíritu?
Ese tan nombrado “yo soy” es quien hace que me identifique con todo ese exterior, con todo aquello que me rodea y que cree y me crea una identidad basada en ese afuera, y así cayendo en la ilusión del mundo de las formas y creyendo que es lo único real y válido, he ido perdiendo de vista esa esencia interna, aquello que viene de adentro, muy adentro, aquello que me habita y que, precisamente es esa esencia que al reconocerla me hace mover hacia afuera, en correspondencia con lo que soy y no, al revés, no es el entorno quien me define.
No es un título…
No es un número en mi cuenta bancaria…
No es una edad…
No es un suceso del pasado…
Al identificarte con ese exterior te sientes dividido y separado del resto, y te crees la ilusión de que eres esa nacionalidad, ese título, que eres lo que posees, sin darte cuenta que todo aquello te posee a ti.
Foto en el desierto, lugar donde han salido grandes pensadores pues el desierto se siente como una extención natural del silencio interno.
De este silencio han surguido grandes pensadores, sobre todo del Antiguo Egipto por el desierto del Sahara como Hermes Trismegisto.
Por eso mismo ¿quién soy sin todo aquello? Me doy cuenta del deseo de reconocer esa esencia sin eso que alguna vez me dio una identidad y para lograrlo se debe ir adentro, sin ruido alguno que me aleje de esa voz interior llamada intuición que me va acercando a mi camino, a mi alma.
Hoy esa tan famosa frase “disolución del ego” cobra mucho sentir para mí. Si disuelves el ego y todo aquello con lo que te identificas, te das cuenta de que no hay división, todos somos hijos de la tierra y a la tierra volveremos, eres aquello que te mueve y se remueve con pasión en tu interior, eres esa energía creativa que te hace sentir vivo, eres aquello que imaginas con felicidad, eres todos y todos somos tu. Eres energía en movimiento.
Limpia y descubre la esencia de tu raíz para que crezca hacía donde resuene en libertad.
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